13 julio 2009

Estaba oscuro y sospechosamente tranquilo. Einar Turkowski

Un desconocido llega en barco y se instala en una casa abandonada junto a la playa. La gente de la ciudad no sabe a qué se dedica (ni se lo preguntan) y eso le hace sospechoso. Cuando alrededor de la casa empiezan a aparecer artilugios de todo tipo y peces semienterrados o colgados de cuerdas de tender, la gente ya no puede aguantar la curiosidad y monta un dispositivo de vigilancia. Los rumores se disparan, se sienten amenazados y redoblan la vigilancia: día y noche. Al fin, descubrirán su secreto. Pesca peces, pero no del mar, ¡sino de las nubes!
Este álbum es una gozada continua. Es la historia del clásico personaje sin patria ni pasado conocido que llega a una comunidad para revolucionarla, que despierta hostilidades sin que le den oportunidad de despertar otra cosa.
Las ilustraciones en blanco y negro son prodigiosas. Surrealistas, recargadas de cuerdas, cables, carteles, artilugios incomprensibles, mecanismos imposibles, casi siempre con la noche de fondo... En algunas páginas puedes tirarte mucho más tiempo recorriendo la ilustración que leyendo el texto. En suma, una auténtica joya.

Por lo que he podido sacar del alemán Einar Turkowski, sólo tiene publicados como autor-ilustrador dos libros: Estaba oscuro y sospechosamente tranquilo y Una luz diminuta surgió de la nada (del que hablaré en breve). Además ha ilustrado una edición alemana de El espantapájaros y su sirviente (Die Abenteuer des Baron von Krähenschreck), de Philip Pullman.

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